¿Reconocerlo?



Estoy hasta los huevos de decirles a amiguetes míos : " No seais imbeciles, no confundais un lío de maricones con un matrimonio católico" . esto tiene que fallar ; y falla siempre ¿Por qué? Porque es salirse de cacho. Porque lo nuestro tiene muchos puntos frágiles :

a) Estamos desde muy jóvenes habituados a practicar sexo sin darle demasiada importancia.
b) Nos educamos en el sacrosanto culto fálico, aunque los intelectuales digan que nanay , pero en cuanto ven una verga que merece una cierta respetabilidad se agarran como locas, como lo que son, claro.
c) Porque la promiscuidad nos vuelve frívolos y nos cachondeamos de la fidelidad y el amor , si bien juramos hasta en los cuartos oscuros que vamos buscando nuestro príncipe azul..
d) Cuando encontramos a alguien que más o menos se le parece, nos ponemos vedetonas, bajamos las escaleras con mas lentejuelas de las que aguanta el cuerpo y la cagamos, así de simple.
e) Nos empeñamos en creer que también pueda haber gente legal y cuando una pareja lleva 10 años , empezamos a sacarle pegas por pura envidia cochina , que qué mas quisieramos nosotros cosernos en alma y cuerpo con aquel que un dia despreciamos o con aquel otro al que le hicimos tal putada por que no tenía la clase que exigiamos....
Eso si, luego gritamos , huimos, nos vamos a Londres , o a cualquier parte , pero la mierda la seguimos llevando dentro. ¿Reconocerlo? No, por dios.

3 comentarios:

Francisco dijo...

Gostei efectivamente do teu comentário. O ar sofrido ou vivido que transparecem as tuas palavras, ensombram as mentes mais translúcidas, porque as põe a pensar, porque lhe desperta o recalcamento, porque sabem que é verdade. A promiscuidade por outro lado, somos nós que a criamos e também nos compete controlá-la ou mesmo tão simplesmente, não a utilizar. Mas se a vida existe, o amor também e com ele, tudo muda, tudo se transforma e tudo é vento anil e sopro claro, muito claro.
;-)

Anónimo dijo...

Estoy en parte de acuerdo en el comentario aunque te agradecería que me hicieras el favor de reflexionar un momento....

Quizás el creer en el príncipie azul en los tiempos que corren y a ciertas edades resulta demasiado ingenuo; y más, cuando ese príncipe resulta que poco a poco ha demostrado que se ha ido destiñendo o quizás es uno mismo quien se ha encargado de desteñirlo modificando sus propias preferencias o valores.

Igual de ingenuo, o incluso más, es pensar que puede haber alguien que comparta con uno ciertos valores y que no se haya criado en la cultura de: cualquier pantalón me vale pues es sólo para un rato y no es importante, además como todos (o casi) lo hacen.....

Está claro que eso sería estadísticamente muy improbable pues todos tenemos ojos promiscuos y, como animales que somos, nos guiamos sólo por impulsos y la sociedad nos enseña que debemos coger todo aquello que nos guste y satisfacer YA nuestros deseos...¿para qué tener en cuenta entonces que somos racionales? o mejor ¿aún lo somos? ¿para qué pensar con la cabeza si podemos actuar con su hermana gemela de abajo?

Por todo esto, está claro que si alguien piensa que es esa hormiga Blanca... ¿el consejo sería no pierdas el tiempo buscando otra hormiga como tú pues no existe?

Como digo quizás es ser ingenuo pero ¿no sería esa hormiga más fiel a sí misma con un poco de ingenuidad? ¿no sería esa hormiga más feliz si intentase buscar aquello que anhela de verdad y no dejarse llevar por lo que dice el resto de la colonia (incluso aunque alguna vez se desorientara por el camino)?

Si esto fuera así, todo permanecería siempre igual pues seríamos unos conformistas: NO habría nuevas ideas para el futuro en construcción, no habría creatividad, digamos que no avanzaríamos.

¿Quién soy yo para matar la esperanza de esa hormiga?

Con esto no digo que esté de acuerdo con el matrimonio o deje de estarlo, ni que sea algo que se deba hacer pero.. ¿quién soy yo para decir que no es posible que una pareja gay (o no) pueda permanecer fiel y siempre unida? Quizás esta vez sea cierto, ¿no vale la pena arriesgarse?

Francisco dijo...

Fiz uma reflexão sobre o teu comentário como me pediste. Não sei se o fiz parecer, mas não acredito de todo em cavaleiros salvadores ou em princípes perfeitos. Por vezes sou ingenuo sim, mas numa perspectiva construtivista e nunca no seu sentido real. Acredito sim que existe alguem para compartir valores e não acredito na cultura de "cualquier pantalón me vale", não, não acredito nisso, mas sim é o que mais se vê. Não procuro a formiga branca especifica, aliás hije em dia acho que não procuro nada. Não estou de acordo nem deixo de estar com a matrimónio também, cada um é como cada qual e todos tem o direito de fazer opções. Por mim não tenho nada contra o que não quer dizer que o adoptasse.